🌚Mysterious times, historia de un desamor.
El café humeaba en la mesa junto a la ventana, pero no tenía ganas de beberlo. El vapor se elevaba en pequeñas espirales que desaparecían en el aire frío de la mañana. La cafetería, que alguna vez había sido un refugio cálido, ahora parecía un lugar desolado y vacío. Afuera, la ciudad continuaba su bullicio indiferente, ajena al dolor que llevaba en el corazón.
Había pasado un mes desde que
todo se derrumbó, desde que su gran amor, se fue. La razón, un compañero de
trabajo. Aún recordaba el momento en que descubrió la traición. La sonrisa de
especial de su amor, que antes le daba vida, ahora era un recordatorio cruel de
lo que había perdido. Cerró los ojos, intentando detener las lágrimas que
amenazaban con salir. No quería llorar más. Ya había llorado suficiente, ya
había pasado noches enteras intentando entender qué salió mal. La traición le
había dejado una herida profunda, una herida que parecía imposible de sanar.
Antes de ese día fatídico, la
vida era diferente. Había colores brillantes, risas compartidas, sueños
construidos en pareja. Ahora, esos recuerdos se sentían como fantasmas que le
perseguían, sombras de una felicidad que se había evaporado.
La soledad se había convertido en
su compañera constante. Los amigos intentaron animarle, pero sus palabras se
perdían en el vacío. Nadie podía comprender realmente el dolor de perder al
amor verdadero, especialmente cuando la causa era alguien que veía todos los
días en el trabajo, alguien que había destruido su mundo desde adentro. Tomó
una respiración profunda, mirando por la ventana. En algún lugar en medio de la
ciudad, sabía que su amor seguía con su vida, tal vez con ese compañero de
trabajo que había arrebatado su felicidad. Tenía que encontrar una manera de
seguir adelante, de reconstruirse a partir de las ruinas.
Con un suspiro, apartó el café de
la mesa y se levantó. La vida no se detenía y, a pesar de la tristeza, debía
seguir adelante. Había una larga caminata por delante, un camino lleno de
incertidumbre y dolor, pero también de esperanza y autodescubrimiento. El
primer paso era salir de esa cafetería y enfrentar el mundo, un día a la vez.
Llegó a casa y se puso un disco de vinilo sonaba Mysterious Times del grupo
Sash…
(Nota: Las traducciones de
canciones a menudo intentan captar el significado y el tono, más que traducir
palabra por palabra. Esto se debe a que la poesía y la música a menudo usan
metáforas y estructuras que no se traducen directamente).
La vida,
Misteriosos tiempos,
Sentimos el amor y la tristeza.
Misteriosas veces.
**[Estribillo]**
Estos son misteriosos tiempos,
Sin mentiras,
Porque tú estás en diferentes
mentes.
Sentimos el amor y la tristeza,
En tiempos misteriosos.
**[Verso 2]**
Todos los días,
Los días pasados,
Esperamos lo que vendrá.
Así que vivo un día a la vez.
Nada puede detenerte,
De encontrar el amor,
De encontrar la vida.
**[Estribillo]**
Estos son misteriosos tiempos,
Sin mentiras,
Porque tú estás en diferentes
mentes.
Sentimos el amor y la tristeza,
En tiempos misteriosos.
**[Puente]**
Si me encuentras,
Si me abrazas,
Estoy deseando.
Si me amas,
Estaré esperando.
Estoy deseando.
**[Estribillo]**
Estos son misteriosos tiempos,
Sin mentiras,
Porque tú estás en diferentes
mentes.
Sentimos el amor y la tristeza,
En tiempos misteriosos.
**[Coda]**
Estos son misteriosos tiempos,
Misteriosos tiempos,
Sentimos el amor y la tristeza,
En tiempos misteriosos.
¡La canción “Mysterious Times” de
Sash! Evoca una sensación de asombro y melancolía al explorar la dualidad de la
vida y el amor. A través de sus letras, nos lleva a reflexionar sobre la
naturaleza incierta y a menudo incomprensible de nuestras experiencias
emocionales. Los "misteriosos tiempos" mencionados en la canción
representan momentos en nuestras vidas que están llenos de incertidumbre y
emociones contradictorias.
La vida está llena de altibajos,
momentos de felicidad y tristeza, y la canción captura esta realidad de manera
poética. Nos recuerda que, aunque enfrentemos desafíos y momentos de tristeza,
también hay amor y esperanza. La repetición de la frase "sentimos el amor
y la tristeza" subraya que ambas emociones son inherentes a la experiencia
humana y que es posible encontrar belleza y significado incluso en tiempos
difíciles.
Además, la canción sugiere que la
conexión humana es fundamental. La idea de estar "en diferentes
mentes" puede interpretarse como una referencia a la diversidad de
perspectivas y experiencias que cada persona tiene. A pesar de estas diferencias,
la capacidad de sentir amor y tristeza es universal, uniendo a las personas en
su humanidad compartida.
"Mysterious Times" es
una meditación sobre la complejidad de la vida y las emociones humanas. Nos
anima a aceptar tanto los momentos de alegría como los de tristeza, y a
reconocer la belleza en la incertidumbre y el misterio de nuestras experiencias.
El mundo occidental se despertó
sumido en el pánico. Un ataque nuclear parecía inminente. En una conferencia
reciente, el general Aleksandr Lebed había revelado una inquietante verdad:
durante los tiempos de la URSS se habían fabricado "100 maletines"
que aparentaban ser equipaje común, pero en su interior contenían pequeñas
bombas nucleares. Lo más alarmante de todo era que, tras la desintegración de
la Unión Soviética, al menos la mitad de esos maletines se habían perdido.
En un rincón remoto de los Montes
Urales, dentro de un área prohibida, se erige un macizo de nombre inquietante:
Yamantau, que en el idioma bashkir local significa Montaña Mala. Aquí, a mil
metros de profundidad bajo la roca de cuarzo, ORDA subvencionaba la
construcción de un complejo subterráneo. Este complejo podría ser también un
depósito para los archivos y tesoros nacionales más secretos y esenciales de
Rusia, heredados de la URSS y del Imperio Zarista.
La noticia sobre los maletines y
el misterioso complejo de Yamantau había desatado una oleada de especulaciones
y temores. En medio de este caos, el grupo ORDA decidió abandonar el proyecto
de telecomunicaciones en la Torre de Collserola, tras un análisis que determinó
que la inversión no era solvente. Vendieron las acciones y abortaron el
proyecto debido a los últimos ensayos realizados.
La vida cotidiana parecía ajena a
las amenazas globales. Volvía de un viaje de novios, listo para comenzar la
rutina. Nos mudamos a un piso de su madre, justo enfrente de mis suegros. Los
paseos diarios de mi suegra a nuestro hogar, bajo la excusa de limpiar los
platos, hacer la cama, y fregar el suelo, dejaban sin espacio nuestra
intimidad, pero yo seguía feliz como una perdiz.
Cada mañana, antes de ir a
trabajar, sacaba a pasear a nuestros dos perros, Larry y Ketty, aunque eran de
ella, el trabajo sucio era cosa mía. Después de que hacían sus necesidades,
dejaba a Larry en casa de sus padres y a Ketty en la nuestra. Luego, con el
bocadillo en el maletín, me dirigía a mi trabajo cerca del centro.
Mis tareas eran tranquilas y
relajadas, gestionando las reparaciones de relojes de la Marca Kronos, la marca
propia de la Familia Vendrell. Establecí una buena amistad con los hermanos
Vendrell, especialmente con César. Un día, conocí a una nueva incorporación,
José Luís, un joven relojero que sustituyó al jubilado anterior. Entablamos una
buena amistad; él era mi punto de unión con el departamento de reparaciones.
Aunque mi mundo era la
informática, seguía los consejos de mi padre: trabajar en esta empresa
centenaria aseguraba mi futuro. Sin embargo, amplié mis estudios matriculándome
en la universidad a distancia, dedicando las tardes al estudio y tiempo al
deporte, compartiendo el hogar familiar con mi esposa y la suegra.
Hanna, mi esposa, había empezado
a cambiar. Se sentía libre y frecuentaba salidas con sus amigas del trabajo sin
contar conmigo. Me convertí en un ermitaño, llenando mis días con deporte y
estudio. A veces íbamos de barbacoa con su gente del trabajo, pero poco a poco,
me daba cuenta de que Hanna se había casado para ser libre de la opresión de su
padre. Dejó de lado a su querida hermana y buscaba salir, a ser posible sin mí.
Comencé a sospechar de su amistad
con Pepelux, el relojero. En carnavales, en la Discoteca STAR WINDS de Parc
Vallès, vi a Hanna e Idoia disfrazadas de gatas, destacando sus figuras
esculturales. Pepelux no podía disimular su atracción hacia Hanna. Sentí que
estaba cayendo en sus garras. Al día siguiente, mientras iba a correr, olvidé
el walkman y volví a casa. Hanna, nerviosa, respondió a mi llamada. Vi un
mensaje en nuestro móvil compartido de Pepelux: “¿Se lo has dicho?”
Tuve una bronca con Hanna y
cancelamos un viaje a Andorra. Le di un ultimátum: él o yo. Las aguas se
calmaron temporalmente, pero ella volvió a planificar el viaje. Acepté,
sabiendo que podría ser el fin.
En Andorra, su flirteo con
Pepelux era descarado. En el hotel, mientras ellos estaban en el jacuzzi, yo
estaba perdido buscándolos. La noche en la discoteca me quedé en la habitación.
En las pistas de esquí, seguía su romance mientras yo me sentía una estatua de
hielo, derrotado y humillado. De vuelta a Barcelona, Hanna me dejó. Nunca me
había querido. Encajé la noticia como pude y propuse comenzar de cero, pero
ella se marchó.
Solo y pensativo, me puse los
cascos de música y escuché en bucle “Mysterious Times” de Sash. Dejé la casa de
la madre de Hanna y me despedí de la suegra por última vez.
En el trabajo, seguía llevando el
anillo de casado tras una semana de la ruptura. José Luis, sintiéndose
culpable, evitaba mi mirada. Un día, Jordi, un compañero, me preguntó por qué
seguía con el anillo. Recordé el anillo del Papa Luna y me di cuenta de que
llevaba demasiados años sin ir a la bóveda.
Llamé a mi antiguo profesor de la
universidad y le conté lo sucedido. Me dijo que había una vacante en la
universidad, mejor empezar como técnico dando soporte al profesorado y alumnos,
que seguir con mi enemigo. Inicié una nueva vida laboral, conociendo gente
nueva, hasta caer en las garras de una becaria.
Mientras tanto, preparaba mi
expedición a lo desconocido, comprando todo lo necesario para mi viaje. Me
instalé en la casa de mi abuela, reformándola un poco, y me preparé para el
gran viaje. Me despedí de mi familia, diciendo que trabajaría en Holanda y
estaría fuera unos años.
Mis pasos se dirigieron al desfiladero, y entré en la bóveda. Oí máquinas y voces, y vi a un grupo de personas infelices. Tatiana estaba cortando a trozos a un pobre desgraciado. Con un instinto de supervivencia, golpeé a Tatiana en la cabeza con una barra de hierro, y maté a Maxim. Liberé a los prisioneros y destruí la tuneladora.
Coloqué trampas en ambos accesos,
usando tácticas de guerrillas caseras. Salí por última vez, llorando bajo la
lluvia, mientras escuchaba “With or Without You” de U2. Luego, volví a entrar
en la bóveda. La bóveda me esperaba, ya no había vuelta atrás.
Me introduje en el primer túnel,
con la oscuridad abrazándome. El anillo en mi mano, fui absorbido por el túnel,
hacia lo desconocido.
Comentarios
Publicar un comentario